Amor, ha
nevado toda la noche en mis sueños,
aun siento
el frio que me congela hasta los huesos,
espero que
no te compadezcas,
amor, en
que incierto lugar te encuentras,
que encantamiento
oculta tu silueta
y tu
sonrisa antes cálida y franca,
qué libélula perniciosa sin alas te está apartando
de tu norte,
aunque no existía
un papel que nos atara estábamos adheridos,
yo iba siempre
prendida de tu huida, como el quejido de un beso,
Tú decías que estabas conmigo porque mi amor
ignoraba
que hacía
en la cuerda floja de tu guitarra,
y porque
yo no sabía cuándo la riel de mi poesía viajaba en paralelo con la tuya,
porque había
una música azul con sabor a mandarina
cuando
apretabas mis manos.
Porque allá en la cima de ese mundo que construimos
con las
notas de tu guitarra y el sol de mi palabra que hoy no alumbra,
cuando me
amabas cuando te amaba,
mis sentidos eran saetas que marcaban la libertad
en un reloj detenido por las arenas movedizas del tiempo,
y tus pupilas de niño eran ardientes detonaciones de dulces sensaciones,
hoy sé que más allá de tu alma hay un mundo con grietas
en las que se disolverán los anhelos
y el amor, el amor no será lo más importante,
¡amor te imploro no sucumbas!
Para mí aun eres el verbo silencioso que armoniza y conjuga mi
existencia.